El presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Jorge Rodríguez, rechazó el secuestro de más de dos centenares de migrantes venezolanos en El Salvador, injustamente recluidos en una cárcel de máxima seguridad tras ser deportados por la Administración Trump, y aseguró que están secuestrados por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el mandatario salvadoreño Nayib Bukele.

Durante una sesión de trabajo parlamentario, en que participan familiares de los migrantes secuestrados, Rodríguez evocó la matanza de judíos en campos de concentración de la Alemania nazi, operación dirigida por un oficial de las SS, Reinhard Heydrich.

Manifestó que los migrantes venezolanos injustamente encarcelados en El Salvador están secuestrados por Marco Rubio y que el Heydrich de Rubio se nombra Bukele, quien está cometiendo uno de los hechos más vergonzosos y repudiables de la historia de América Latina, dijo.

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Aseguró que la República Bolivariana de Venezuela está dando la pelea para liberarlos. Los traeremos de vuelta, aseguró, a ellos y a todos los venezolanos que están perseguidos en estos momentos en EE.UU. Consideró que su rescate es un problema de vida o muerte. Son nuestros hijos, nuestros hermanos, nuestros padres, subrayó.

Los migrantes fueron trasladados bajo engaño a la nación centroamericana, invocando una anacrónica ley de EE.UU.. Su aplicación fue bloqueada por un juez federal. Pese a ello, la Administración Trump los deportó y, en complicidad con Bukele, fueron recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), al que Rodríguez calificó como centro de concentración nazi.

Durante la sesión, los asambleístas denunciaron las violaciones de DD.HH. que se cometen contra los migrantes venezolanos a consecuencia de las políticas migratorias de la Administración Trump.

Apoyaron las acciones que pone en práctica el Gobierno del presidente Nicolás Maduro para defender a esos compatriotas y llamaron a ampliar el proceso de recolección de firmas entre la ciudadanía en solidaridad con ellos.

Entre otras ideas, cuestionaron las violaciones al debido proceso y la aplicación por la Administración Trump de la Ley de Enemigos Extranjeros, de 1798. Además, instaron a organizaciones internacionales como la ONU a rechazar las arbitrariedades cometidas en este caso.

En los debates hubo consenso sobre la importancia de enfrentar este caso con unidad nacional y se desenmascaró que el ataque a la migración venezolana se sustenta en una narrativa promovida por la derecha fascista de que los migrantes son parte del Tren de Aragua, grupo criminal que Venezuela considera desarticulado.

La nación bolivariana ha denunciado enfáticamente que individuos de ese grupo criminal salieron de Venezuela y fueron llevados a Colombia y EE.UU. mediante un esquema de trata de personas articulado por la derecha fascista.

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